Presentación

El resultado del proceso de validación es el Sistema de Indicadores de Evaluación de Políticas Municipales de Juventud (SIAPJove), en el contexto catalán y español.

Aquí presentamos algunas ideas sobre la utilidad del sistema a tener en cuenta:

  1. El objetivo final es la evaluación de las políticas municipales de juventud, no la evaluación de los efectos locales de las políticas nacionales de juventud. La herramienta es significativa cuando se aplica voluntariamente y cuando conduce a la mejora de las políticas públicas de juventud y no la evaluación de agentes de fuera del municipio.
  2. Se basa en la idea de evaluación, ya que no sólo es una forma de dar cuenta del uso de los recursos públicos, sino también y, especialmente, para promover la reflexión y la consolidación de buenas políticas del sector. Por ello, debe contribuir a fortalecer los departamentos juveniles y a construir capacidad organizativa. No se trata de una herramienta que controle o certifique la realización de la tarea.
  3. Se entiende por evaluación una valoración sistemática del mérito y el valor de las políticas de juventud a través de planes, programas y proyectos, de su legitimidad, relevancia y/o equidad y atención a las necesidades.
  4. El sistema debe servir para desarrollar la capacidad de evaluar y la cultura de evaluación, de modo que se convierta en un instrumento para la improvisación de programas. Esta mejora puede referirse a que se basa en necesidades reales, así como en el hecho de que puede mejorar el proceso en sí mismo, hacerlo accesible a diferentes grupos, mejorar la gestión, etc.
  5. Una herramienta de evaluación que no excluye otros procesos de evaluación. Todo lo contrario, de hecho. Este sistema de evaluación se debe implementar junto con otros procesos evaluativos desarrollados utilizando otras metodologías.
  6. Una herramienta para la implementación anual y periódica. También se puede utilizar de forma individual para centrarse en intereses específicos y áreas específicas de evaluación. Recomendamos, sin embargo, su aplicación periódica para proporcionar datos de referencia sobre la evolución del sistema.
  7. Un sistema en el que los administradores locales y los equipos técnicos de juventud dirigen este proceso de evaluación, como función que forma parte de su trabajo cotidiano como agentes de desarrollo juvenil. Se recomienda que, siempre que sea posible, el administrador del gobierno local responsable de juventud participe en este proceso de evaluación y que el proceso de interpretación y reflexión, al final de cada nivel de evaluación, sea tan abierto y participativo como sea posible, tanto con otros organismos municipales como con las organizaciones y grupos juveniles.
  8. Una herramienta útil para abrir un debate con jóvenes y otros expertos sobre juventud y/o políticas de juventud para interpretar estas políticas, construir una visión compartida y sacar conclusiones posteriores. Una aplicación de esta propuesta puede encajar con la idea de una perspectiva democrática para la evaluación, ya que hay un cierto deseo de incorporar la evaluación de la ciudadanía en la gestión y aplicación de políticas municipales (Carreras y González, 2012). Esto requiere una cierta especificidad, una conciencia explícita y la voluntad política de tener en cuenta este grupo y asistir a las reuniones.
  9. Esta propuesta también pretende ser una herramienta de referencia orientada a la recopilación de datos e información desglosados sobre juventud. El instrumento también debe ser una herramienta didáctica que oriente la sistematización y la redacción de informes y material para la evaluación y planificación de políticas municipales de juventud. Algunos indicadores pueden no ser suficientes para los datos de referencia que facilitan la correcta interpretación de los resultados. Sin embargo, creemos que sólo la aplicación sistemática de los indicadores nos puede ayudar a cambiar esta situación y nos proporciona criterios y datos de referencia para el diseño de políticas de juventud.
  10. Es fácil caer en la trampa de comparar los resultados de los diferentes municipios. Esta herramienta no se ha diseñado con este objetivo; el punto de partida en cada caso es diferente y, por tanto, pide esfuerzos y estrategias específicos diferenciados. Un pequeño grado de progreso en un municipio puede significar políticas juveniles muy satisfactorias, mientras que los resultados similares en otro municipio pueden mostrar una reversión en las políticas que se están llevando a cabo.
  11. Los indicadores de evaluación se diseñaron para evitar la discriminación entre municipios grandes y pequeños. Sin embargo, puede haber escenarios que resulten ventajosos para uno u otro. Pensamos que estos casos son pocos y distantes y que, en todo caso, la propia interpretación y evaluación la hará el propio municipio. Sin embargo, en municipios pequeños, las acciones que son el resultado del trabajo conjunto entre administraciones se pueden considerar políticas municipales.